La metáfora se da a conocer gracias a varios de los ejemplos de metáfora que encontramos en los textos de Aristóteles (recurso poético al que recurre el autor comúnmente en sus obras).
Sin embargo, su origen es mucho más antiguo, ya que podemos encontrar escritos tratando con la metáfora ya en la antigua Grecia, junto a los primeros atisbos de poesía antigua.
Se la describe comúnmente como un recurso literario que nos permite realizar una descripción sobre algo dándole un nombre totalmente distinto (comúnmente porque comparte alguna coincidencia descriptiva) con la finalidad de adornarlo estéticamente.
Ejemplos de metáfora.
Su sonrisa estaba repleta de perlas.
Labios color fresa.
Tiene cabellos de oro.
Consiste en unir ambos términos de forma que queden bien en la misma estructura, más que sustituirlo. De esta forma conseguimos que la palabra final que le da el toque estético quede bien en el contexto, mientras que si la tomásemos por su significado literal sería raro.
Más ejemplos de metáfora.
Sus ojos eran como la cocacola.
Sus manos eran témpanos de hielo
Su corazón era negro.
Es una de las formas de arte poética más importantes, destacando en el recurso literario de la narrativa, donde se hace esencial entenderla para poder entender a su vez el texto o la obra.
Identificar la metáfora.
Por si la descripción y los ejemplos de metáfora dados con anterioridad no son suficientes a la hora de identificar esta figura retórica dentro de un texto, te damos algunas pautas que te permitan hacerlo:
- En todo momento existe un término real y literal sobre el que se habla.
- El término descriptivo al que lo queremos asemejar debe asemejarse en algo al término original, de forma que podamos crear una relación comparativa.
En ocasiones se oculta el término real al que se le realiza la metáfora, esto en un principio no era reconocido como un recurso literario en sí, pero que acabó materializándose como tal tras extenderse su uso, por lo que nos encontramos ante una división a la hora de su clasificación, a saber:
Metáfora explícita: En esta metáfora nos encontramos con ambos términos: original y al que tiene semejanza.
Metáfora implícita: Este es el tipo de metáfora en que se oculta el término original sobre el que se realiza la comparación.
Ejemplo de metáfora implícita:
- Esa mirada tenía dos luceros. (Se oculta el término “ojos”).
Este último concepto a veces puede ser difícil de identificar, ya que existen ejemplos de metáfora que ocultan el término increíblemente bien.